"I guess you get to a point where you look at that pain as if it were there in front of you three feet away lying in a box, an open box, in a window somewhere. It’s hard and cold, like a bar of metal. You just look at it there and say, All right, I’ll take it, I’ll buy it. That’s what it is. Because you know all about it before you even go into this thing. You know the pain is part of the whole thing. And it isn’t that you can say afterwards the pleasure was greater than the pain and that’s why you would do it again. That has nothing to do with it. You can’t measure it, because the pain comes after and it lasts longer. So the question really is, Why doesn’t that pain make you say, I won’t do it again? When the pain is so bad that you have to say that, but you don’t. (...)" --Lydia Davis
8.10.17
Historias de amor en la creación
Escribiendo memorias
Una de las metas para este semestre ha sido comenzar un commonbook,
que son algo así como una libreta de apuntes común y corriente. Yo llevo
un par de años llenando agendas con mi día a día, pero la diferencia
entre eso y un commonbook es que estas se usan como repositorios de
ideas: música, citas que se leen, ideas, etc., y qué sé yo. Nunca he tenido uno.
Una de las cosas que me hicieron tomar la decisión fue pensar que muchas personas al final de su vida son capaces de escribir libros con memorias de cosas importantes que les sucedieron. Ya a mis treintas, soy capaz de ver que es mentira que uno se va a acordar de todo. Y pienso también en mi blog, que ha servido algunas veces como repositorio de ideas o de eventos de los que ya ni siquiera me acordaba. Quizá ha sido difícil aceptar esa transformación de un blog de un estudiante con ideas entre la lógica y la matemática, al de un adulto con más profundidad y con más miedo de hacer preguntas porque puede inferir las respuestas más rápidamente.
Igual, es divertido venir y escribir, pero sé que lo será más cuando venga en un futuro y encuentre este tesoro de ideas de lo que voy dejando a lo largo de los años.
Una de las cosas que me hicieron tomar la decisión fue pensar que muchas personas al final de su vida son capaces de escribir libros con memorias de cosas importantes que les sucedieron. Ya a mis treintas, soy capaz de ver que es mentira que uno se va a acordar de todo. Y pienso también en mi blog, que ha servido algunas veces como repositorio de ideas o de eventos de los que ya ni siquiera me acordaba. Quizá ha sido difícil aceptar esa transformación de un blog de un estudiante con ideas entre la lógica y la matemática, al de un adulto con más profundidad y con más miedo de hacer preguntas porque puede inferir las respuestas más rápidamente.
Igual, es divertido venir y escribir, pero sé que lo será más cuando venga en un futuro y encuentre este tesoro de ideas de lo que voy dejando a lo largo de los años.
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